Al embajador S. González Gálvez, en su 74 aniversario
Precisamente al inicio de mis colaboraciones editoriales en este periódico, en noviembre de 1981, (sí, hace 30 años) titulé la primera, -ahora son más de 2000-, "Un Oficio Único en el Mundo", adoptando las palabras de un secretario general de la ONU cuya actuación no fue la más feliz de la historia de la organización, Trygve Lie. Luego de él, Hammaskjold, Thant, Waldheim, Pérez de Cuéllar, Ghali, Annan y ahora, el coreano Ban Ki-moon.El diplomático asiático se encuentra en el cuarto de un periodo de cinco años, por lo que puede hacerse un juicio suficiente respecto a su actuación, más aún porque en el 2012 puede cambiar la titularidad de "El Papa Seglar". A su predecesor, el ghanés Koffi Annan, le correspondió actuar en uno de los momentos más importantes de la organización: El ataque a las Torres, la solicitud de EU para utilizar legítimamente la fuerza y la invasión aliada a Afganistán e Irak. (Hans Blix, notable diplomático sueco y amigo personal de a quien dedico, encargado por la ONU de revisar las instalaciones en Irak, tardó mucho en decir que no había pruebas suficientes en el territorio de Hussein, de la existencia de armas de destrucción masiva, lo hizo en Londres la semana pasada). A Ki-moon le han correspondido participar en otros hechos importantes de la historia de este siglo: La amenaza nuclear de Corea del Norte, las brutales acciones sionistas contra el pueblo palestino, el agravamiento del fenómeno del cambio climático, la intensificación de la violación de los derechos humanos en el mundo y la despiadada campaña militar que emprenden Estados Unidos y el Reino Unido en Afganistán para sostener un régimen y presuntamente derrotar a los talibán, la ocupación militar en Irak y la amenaza nuclear en Irán, etc. De todos estos acontecimientos, sólo en cuatro podemos ubicar la intervención de la ONU, el cambio climático, los derechos humanos, una reforma administrativa dentro de la ONU y las sanciones a Irán. Los otros temas aludidos son controlados por las potencias, el Medio Oriente, congelado, -a pesar del esfuerzo de Obama y por el cinismo de Netanyahu-, es una partida que la ONU sólo contempla. La carrera nuclear de Corea del Norte se trata de frenar a través de la presión de China, EU, Japón y Rusia. Afganistán (Vietnam II) es un laberinto que no tiene más salida que la que les impusieron a los rusos, por ello que EU establece contactos con los talibán para una salida "decorosa". En Irak, 150 mil soldados no pueden apuntalar a un régimen que se colapsa, por ello la fecha de retiro de las tropas se va extendiendo.Ki-moon, ha ofrecido todo su esfuerzo al cambio climático, pero son muchos aquellos que consideran que la Cumbre de Copenhage fue un fracaso y no perciben que habrá un avance sustantivo en la próxima a celebrarse en Cancún en noviembre. En cuanto a los derechos humanos, es inobjetable que al darle una mayor jerarquía al órgano de vigilancia de la ONU, se van logrando avances importantes. Respecto a la reforma administrativa, los propios funcionarios dependientes de Ki-moon alertan que el secretariado está en un periodo de colapso y que camina hacia la irrelevancia, insisten en que han sido deplorables ciertos nombramientos y que pese a ser Ban un hombre afable y trabajador, tiene muchas limitaciones, no habla un inglés suficiente, tiene una exposición con la opinión pública muy pobre, ha promovido el nepotismo y la popularidad la tiene en su país. Un funcionario de su gabinete dice que el problema de Ki-moon es el "choque de civilizaciones", dado que él, educado en los valores del Confucio, enfatiza la autodisciplina y el bajo perfil. Se dice que uno de sus aciertos es la relación personal con los miembros del Consejo de Seguridad. Sí Annan, al fin, ya no fue satisfactorio para EU, pareciera que a Ki-moon le costará la reelección. Por ello, Obama se ha acercado a Lula para ofrecerle el cargo. En la próxima colaboración, los temas después del 2012 y el perfil internacional del presidente brasileño.
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