JENARO VILLAMIL
Pedro Aspe, artífice de la neoliberalización económica en el salinismo, compartió ante la Academia Mexicana de Auditoría Integral su optimismo sobre el futuro económico del país: “vamos a ver una explosión de consumo en los próximos diez años”
En su conferencia del 18 de abril puso como ejemplo los planes de expansión de la multinacional Wal Mart para abrir más supermercados en todo el territorio nacional. Tan sólo entre 2000 y 2011 esta empresa creció 474%, con presencia en 384 ciudades y 2 mil 277 establecimientos.
Wal Mart es el modelo ideal de inversión extranjera no sólo para Aspe sino para Calderón. Precariza el trabajo de miles de jóvenes desempleados. Paga bajos salarios por hora. Se da el lujo de discriminar por razones de embarazo u orientación sexual. Tiene sindicatos blancos que firman los llamados contratos colectivos de “protección” que no le rinden cuentas a nadie, como señala la reportera Patricia Muñoz en La Jornada. Promueve no sólo el consumo sino la falsa idea de que formamos parte del primer mundo.
Cuatro días después del pronóstico optimista de Aspe y una semana después que Felipe Calderón se tomó la foto con el directivo internacional de Wal Mart, Mike Duke, en la Cumbre de las Américas, el periódico The New York Times publicó una serie de testimonios sobre los métodos de soborno de esta multinacional para expandirse en México y Centroamérica. Habría pagado hasta 24 millones de dólares. Los hechos se basaban en sucesos del 2006.
Desde el 21 de abril el escándalo ha crecido como bola de nieve, a pesar de la indolencia de las autoridades ministeriales y bursátiles mexicanas. El mismo día que las acciones de Wal Mart se derrumbaban 16 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores, el inefable Luis Téllez, presidente de la institución bursátil, se deshizo en elogios:
“Es una gran empresa, muy apreciada por el público inversionista mexicano; es la empresa que más ha crecido en nuestro país en los últimos años; es la empresa privada que más empleo da en nuestro país y es una empresa que sin lugar a dudas ha generado riqueza en el sentido amplio de la palabra”. (La Jornada, 24 de abril 2012, p. 3).
¿De qué riqueza habla Téllez? Sin duda, la que ha generado esta maquinaria de sobornos a autoridades delegacionales, municipales, estatales y federales que el consorcio norteamericano sabe muy bien utilizar en nuestro país. No es para menos, México le ha representado a Wal Mart ganancias netas por 11 mil millones de dólares en una década. Es el segundo país, después de Estados Unidos, en mayor número de establecimientos. Su valor de capitalización pasó de 255 mil millones de pesos en 2005 a 678 mil 500 millones en 2011, según destaca Carlos Fernández Vega en su columna “México SA”.
Mientras la procuradora general de la República, Marisela Morales, no sabe cómo debe actuar el ministerio público frente a los hechos denunciados en el reportaje de The New York Times, el otro periódico de referencia en Estados Unidos, The Washington Post informó en su edición online que el Departamento de Justicia norteamericano abrió una investigación por presunta práctica de “soborno sistemático” en México.
Los ejecutivos de Wal Mart se justificaron ante la Comisión de Valores del Departamento de Justicia de Estados Unidos señalando que el soborno denunciado hasta por 24 millones de dólares ocurrió en 2006 –año electoral mexicano- y que, presuntamente, ya habían prescrito.
Y en medio de este escándalo, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto se dejó querer y fotografiar al lado de Blanca Treviño de la Vega, integrante del Consejo de Administración de Wal-Mart México, quien forma parte de un grupo de 24 empresarios e industriales que integran el nuevo Consejo Consultivo Empresarial que promoverá el voto a favor del ex gobernador mexiquense. Se reunieron en el último piso de la Torre Mayor de la Ciudad de México para comprometerse en la campaña del priista.
En su entrevista en CNN México, el mismo lunes 23 de abril, Andrés Manuel López Obrador llamó a investigar a Wal-Mart. Este caso “debía seguirse de oficio en México, pero no, allá se dan a conocer estos escándalos de corrupción”, afirmó. El exjefe de Gobierno capitalino consideró que “el cohecho es un cáncer para el país”.
Algo similar dijo hace unos días el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, quien citó las encuestas de este organismo cúpula de la iniciativa privada para afirmar que hasta el 10% de muchos negocios en México son destinados a la corrupción. Y no se refería al “pago de piso” al crimen organizado sino al soborno de autoridades.
La columna “Capitanes”, del periódico Reforma lanzó hoy una pista incómoda en medio del escándalo:
“Nos dicen que Oscar Rocha es el director de prevención de fraudes y pérdidas de Wal-Mart desde hace unos 3 años.
“Hablamos de un buen amigo de Gerardo Ruiz Mateos, quien lleva la Oficina de la Presidencia”.
Ruiz Mateos, el personaje también implicado en el caso Mexicana o en el ISSSTE, entre otros muchos casos de presunta corrupción y presiones dentro del entorno calderonista.
¿Debemos esperar a otro reportaje de la prensa estadunidense para que aquí se ventilen estas redes?
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