miércoles, 28 de abril de 2010

PRETENDEN ELIMINAR LA CLÁUSULA CALVO

CARLOS ARELLANO GARCÍA

En el proyecto de decreto que presentaron algunos senadores para reformar la fracción I del artículo 27 de la Constitución, además de pronunciarse en contra de la conservación de la zona prohibida en fronteras y costas, se señala que la "Cláusula Calvo", inmersa en la fracción I del artículo 27 constitucional, debe desaparecer. Expresan que no se perjudica la soberanía y que las causas que la justificaron han dejado de tener vigencia. Aseveran que la actual restricción únicamente impone la necesidad de mayores trámites, que se hace más onerosa e incierta la inversión y que se eliminan los incentivos que pudieran tener los inversionistas extranjeros para traer recursos a nuestro país.Los autores de la iniciativa no se han percatado de lo grave que resultaría para el país eliminar la denominada Cláusula Calvo. Sobre ese particular, es pertinente reproducir lo que actualmente dispone la fracción I del artículo 27 constitucional respecto a ella: "Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen el derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones Exteriores en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y de no invocar, por lo mismo, la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquellos, bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder, en beneficio de la nación, los bienes que hubieren adquirido en virtud de lo mismo".La Cláusula Calvo entraña la renuncia voluntaria de un extranjero a recurrir a la protección diplomática del país de su nacionalidad, a través del gobierno de su país, respecto del dominio que se adquiera sobre tierras o aguas y, también, respecto del derecho derivado de concesiones de explotación de minas o aguas. El extranjero renuncia al recurso a la vía diplomática y el objetivo es evitar que los extranjeros se encuentren en situación de privilegio respecto de los nacionales, lo que redunda en intervencionismo del exterior.La Cláusula Calvo ha sido rechazada por los países poderosos en los foros internacionales y también doctrinarios extranjeros han argumentado en contra de ella, pero es innegable que, si bien es cierto la Cláusula Calvo, tal y como está concebida en nuestra Constitución, es discutible, no podemos dejar de considerar que el origen de esta cláusula deriva de la necesidad que tienen los países débiles de combatir los negativos excesos de protección diplomática en favor de extranjeros, lo que redunda en asegurar a los extranjeros situaciones de privilegio. Es innegable que se han producido excesos y abusos de la protección diplomática a favor de extranjeros, y esa es la razón por la que está justificada la sobrevivencia de la Cláusula Calvo.Es verdad que los argumentos que se han esgrimido contra la Cláusula Calvo tienen elementos de apoyo que pueden estimarse atendibles y que para conservar la efectividad de la cláusula se requiere una mejor adaptación, de fondo y de forma, a efecto de que se superen las objeciones que respecto de ella han surgido, y eso es enteramente posible. Se argumenta su conservación, tal y como está diseñada en el artículo 27 constitucional, pero esa postura no es susceptible de ser apoyada, porque las argumentaciones contrarias tienen mucho peso y es necesaria la efectividad real de la Cláusula Calvo mediante la superación de sus deficiencias, lo que es enteramente factible; de esa manera, la cláusula, con una nueva estructura, cumplirá sus elevados cometidos.La Cláusula Calvo debe conservarse en la fracción I del artículo 27 de la Constitución; por supuesto, con características superadas que le permitan el buen éxito en sus objetivos que son enteramente sanos, pues se puede resguardar al país de exceso de protección diplomática y de protección a extranjeros, para convertirlos en nuestro país en seres privilegiados por encima de los mexicanos.

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