martes, 14 de diciembre de 2010

DEUDA EXTERNA DE MÉXICO POR CIEN AÑOS

CARLOS ARELLANO GARCÍA

En el mes de octubre del año en curso, el Gobierno de México emitió un bono global por mil millones de dólares a un plazo de cien años, o sea, el adeudo más largo en la historia de nuestro país. El rendimiento de dicho bono para los adquirentes extranjeros será de 6.10 por ciento.
En virtud de la emisión de ese bono, México se convierte en el primer país de América Latina en emitir una deuda centenaria y con un monto mayor, lo que entraña un acontecimiento inusitado en la historia de las operaciones pecuniarias con tal plazo.
Se expresó por la Secretaría de Hacienda que, obtener que nos presten por cien años es algo verdaderamente insólito y es muestra de la confianza que se tiene en que México seguirá siendo un país viable, que va a tener evolución, trayectoria de crecimiento y que en cien años estaremos listos para pagar las deudas que estamos contrayendo el día de hoy.
Se agregó en el informe gubernamental que es la operación más importante por el monto más elevado que se ha hecho en ese plazo en la historia y a la mejor tasa, que es de 6.10, lo que es un buen indicador de la confianza que tienen los mercados internacionales en México.
También se aseveró que no se trata de más endeudamiento y que sólo es una sustitución para cambiar hacia deuda de mejor calidad, pues se pagará en un plazo mucho mayor y a una tasa menor. Indicó que inicialmente se había pensado en colocar 80 millones de dólares, después 500 millones, pero hubo un gran interés y se colocaron mil millones de dólares.
Sabido es que el bono ha sido considerado como una obligación financiera que contrae el emisor del bono. Es un certificado de deuda, pues entraña una promesa de pago futura establecida en un documento, que determina el monto, plazo, moneda y secuencia de pagos. Asimismo se fijan los rendimientos que el emisor deberá pagar al inversionista. Si los bonos se emiten con el objetivo de ser colocados más allá de las fronteras del país, el importe de los bonos y sus intereses constituyen deuda externa. Bajo la perspectiva de los gobernados, en nuestro país la emisión de los referidos bonos engendra varias preocupaciones, entre las que cabe enunciar algunas, entre ellas:
1. El plazo de cien años es exageradamente excesivo. Si tomamos en consideración que el tiempo de duración de cada administración pública es de seis años, no puede menos que preocupar que se adquieran compromisos que abarcarán muchos sexenios gubernamentales posteriores, es decir, se trata de un endeudamiento de muy larga duración y que afectará a los pagadores en el futuro hasta por cien años, que se dicen pronto, pero son muchos años.
2. No se ha fijado con nitidez el destino de la cantidad de mil millones de dólares. De esa manera, se estima que los datos proporcionados son incompletos y no se sabe a ciencia cierta si realmente tan exagerada suma será útil para satisfacer necesidades de los mexicanos.
3. El porcentaje fijado en lo que hace a los rendimientos resulta elevado, si se considera que los intereses bancarios en México que reciben los inversionistas mexicanos están muy por debajo del interés ofrecido del 6.10.
4. No se aporta una información fidedigna y detallada acerca de las comisiones que se pagarán a las personas encargadas de colocar los bonos y que actuarán como intermediarios en las operaciones concretas respecto de los bonos.
5. Es innegable que el pago en divisa extranjera de los intereses que se generen y de la reintegración del importe del bono presenta el indiscutible riesgo de que haya cambios en lo que hace al valor de la moneda mexicana frente a la divisa extranjera en la que se ha pactado el pago.
Sería deseable que a la ciudadanía se le informara de mayores detalles para conocer a fondo si es conveniente o no la emisión de un bono por tan elevada suma y en un plazo singularmente largo.

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