Jueves 18 de enero de 1917. Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro. El Congreso Constituyente se encuentra discutiendo el artículo 89 del proyecto de Constitución que dice en su fracción II: el presidente podrá "nombrar y remover libremente a los secretarios de despacho, al procurador general de la República, al gobernador del Distrito Federal...".
Pide la palabra Froylán C. Manjarrez diputado por Puebla: "Si estuviéramos todavía en tiempo oportuno, yo vendría a abogar francamente en pro del sistema parlamentario, que es el único... que garantiza el funcionamiento de la democracia... La revolución... se hizo... en contra del Poder Ejecutivo, no se hizo en contra del Poder Legislativo... En vez de venir a limitar las funciones del Ejecutivo, vamos a ampliarlas... y vamos a maniatar al Legislativo... Tenemos esta Constitución llena de facultades para el Ejecutivo, y esto, ¿qué quiere decir? Que vamos a hacer legalmente al presidente de la República un dictador (Voces: ¡No! ¡No!) Por esto se presentó ayer una iniciativa formada (sic) por 25 diputados, pidiendo lo siguiente: 'Que el presidente... tenga facultades para nombrar a los secretarios de Estado y del Despacho, pero previa aprobación de la Cámara de Diputados' (Voces: ¡No! ¡No!)".
Tomó entonces la palabra David Pastrana Jaimes, también diputado por Puebla, para reforzar lo dicho por Manjarrez: "No vamos a hablar del régimen parlamentario, porque estamos muy lejos nosotros de soñar en él ... Hemos maniatado al Poder Legislativo a tal grado que no será posible de hoy en adelante que ese Poder...pueda estar agresivo contra el Presidente... (pero eso) quedará incompleto si no procuramos también oponer una restricción, una barrera, un límite al Poder Ejecutivo...Al quitarle al sistema parlamentario algunos de sus principios, algunas de sus reglas, no traemos a la Cámara el sistema parlamentario. Para que haya sistema parlamentario se necesitan partidos políticos; si no hay partidos políticos, no habrá ningún sistema parlamentario...Lo que hemos hecho es traer del sistema parlamentario unos renglones que corten un abuso... No estamos en condiciones de adoptar el régimen parlamentario (pero) podemos...sentar la primera piedra para el porvenir. Por eso hemos pedido que los nombramientos de los ministros se hagan con la aprobación de la Cámara...".
Manuel Herrera, de Oaxaca, les salió al paso: "...Las Cámaras no deben tener intervención en el nombramiento de los ministros, porque esa es atribución del Poder Ejecutivo...Para eso debe tener una libertad de acción...No demos un paso hacia el establecimiento del poder parlamentario, o establezcámoslo de una vez. Ya no es tiempo de que los que están por el sistema parlamentario apoyen este sistema; deberían haberlo propuesto y apoyado a su debido tiempo. Ahora estamos en el sistema presidencial, y el sistema presidencial rechaza la proposición que ustedes hacen...".
Rafael Martínez Escobar de Tabasco le dio la puntilla. Dijo: "Si levantamos nuestra vista a Norteamérica, veremos que el sistema presidencial es potente y vigoroso...funciona tan armónicamente que trae fecundos beneficios para aquel país. Si pasamos nuestra mirada por Inglaterra, contemplamos que el sistema parlamentario es bueno, supremo, saludable y necesario...Declararse aquí en la tribuna enemigo del sistema parlamentario o del sistema presidencial, es sencillamente... no tener ni siquiera rudimentarios conocimientos de sociología política, porque uno y otro sistema son buenos y su bondad depende del medio político en que se apliquen...¿Es posible que aquí en México sea útil...el hecho de que los llamados ministros sean electos por el presidente con la aprobación del Congreso? No...el resultado sería un desastre, un caos político...Los que aquí opinan por el parlamentarismo, son en este momento como plantas exóticas...Si aquí implantamos el parlamentarismo nunca tendremos un gobierno estable...Esperaos, señores constituyentes, que dentro de tres o cuatro siglos ya no tendremos necesidad de todas estas argumentaciones, hijas de nuestra edad y de nuestro medio...Necesitamos buscar la unidad de acción...un gobierno fuerte. El Poder Ejecutivo es el único que puede escoger su personal idóneo...Si nosotros dejamos esa facultad al Congreso de la Unión, la de elegir el Ministerio, entonces, ¿qué acontecerá? ...la politiquería y la intriga...existirá una enorme ambición de poder... No debemos alucinarnos con ensoñaciones...que llevan a las instituciones republicanas a un desastre inevitable y completo. Por eso me produzco (sic) como enemigo de cualquier sistema parlamentario que se trata de implantar en México, mi patria querida".
El artículo 89 fue aprobado en un paquete y votado por unanimidad. El Presidente tendría libertad absoluta para nombrar a su gabinete. Nunca estuvo sobre la mesa la posibilidad de que México fuera una República parlamentaria. Si acaso, como lo entendieron algunos constituyentes, se trataba de introducir una fórmula del parlamentarismo en el funcionamiento del régimen presidencial. Pero, y sólo como un juego de la imaginación, ¿qué hubiese sucedido si México en 1917 hubiera sido proclamado República parlamentaria?
Pide la palabra Froylán C. Manjarrez diputado por Puebla: "Si estuviéramos todavía en tiempo oportuno, yo vendría a abogar francamente en pro del sistema parlamentario, que es el único... que garantiza el funcionamiento de la democracia... La revolución... se hizo... en contra del Poder Ejecutivo, no se hizo en contra del Poder Legislativo... En vez de venir a limitar las funciones del Ejecutivo, vamos a ampliarlas... y vamos a maniatar al Legislativo... Tenemos esta Constitución llena de facultades para el Ejecutivo, y esto, ¿qué quiere decir? Que vamos a hacer legalmente al presidente de la República un dictador (Voces: ¡No! ¡No!) Por esto se presentó ayer una iniciativa formada (sic) por 25 diputados, pidiendo lo siguiente: 'Que el presidente... tenga facultades para nombrar a los secretarios de Estado y del Despacho, pero previa aprobación de la Cámara de Diputados' (Voces: ¡No! ¡No!)".
Tomó entonces la palabra David Pastrana Jaimes, también diputado por Puebla, para reforzar lo dicho por Manjarrez: "No vamos a hablar del régimen parlamentario, porque estamos muy lejos nosotros de soñar en él ... Hemos maniatado al Poder Legislativo a tal grado que no será posible de hoy en adelante que ese Poder...pueda estar agresivo contra el Presidente... (pero eso) quedará incompleto si no procuramos también oponer una restricción, una barrera, un límite al Poder Ejecutivo...Al quitarle al sistema parlamentario algunos de sus principios, algunas de sus reglas, no traemos a la Cámara el sistema parlamentario. Para que haya sistema parlamentario se necesitan partidos políticos; si no hay partidos políticos, no habrá ningún sistema parlamentario...Lo que hemos hecho es traer del sistema parlamentario unos renglones que corten un abuso... No estamos en condiciones de adoptar el régimen parlamentario (pero) podemos...sentar la primera piedra para el porvenir. Por eso hemos pedido que los nombramientos de los ministros se hagan con la aprobación de la Cámara...".
Manuel Herrera, de Oaxaca, les salió al paso: "...Las Cámaras no deben tener intervención en el nombramiento de los ministros, porque esa es atribución del Poder Ejecutivo...Para eso debe tener una libertad de acción...No demos un paso hacia el establecimiento del poder parlamentario, o establezcámoslo de una vez. Ya no es tiempo de que los que están por el sistema parlamentario apoyen este sistema; deberían haberlo propuesto y apoyado a su debido tiempo. Ahora estamos en el sistema presidencial, y el sistema presidencial rechaza la proposición que ustedes hacen...".
Rafael Martínez Escobar de Tabasco le dio la puntilla. Dijo: "Si levantamos nuestra vista a Norteamérica, veremos que el sistema presidencial es potente y vigoroso...funciona tan armónicamente que trae fecundos beneficios para aquel país. Si pasamos nuestra mirada por Inglaterra, contemplamos que el sistema parlamentario es bueno, supremo, saludable y necesario...Declararse aquí en la tribuna enemigo del sistema parlamentario o del sistema presidencial, es sencillamente... no tener ni siquiera rudimentarios conocimientos de sociología política, porque uno y otro sistema son buenos y su bondad depende del medio político en que se apliquen...¿Es posible que aquí en México sea útil...el hecho de que los llamados ministros sean electos por el presidente con la aprobación del Congreso? No...el resultado sería un desastre, un caos político...Los que aquí opinan por el parlamentarismo, son en este momento como plantas exóticas...Si aquí implantamos el parlamentarismo nunca tendremos un gobierno estable...Esperaos, señores constituyentes, que dentro de tres o cuatro siglos ya no tendremos necesidad de todas estas argumentaciones, hijas de nuestra edad y de nuestro medio...Necesitamos buscar la unidad de acción...un gobierno fuerte. El Poder Ejecutivo es el único que puede escoger su personal idóneo...Si nosotros dejamos esa facultad al Congreso de la Unión, la de elegir el Ministerio, entonces, ¿qué acontecerá? ...la politiquería y la intriga...existirá una enorme ambición de poder... No debemos alucinarnos con ensoñaciones...que llevan a las instituciones republicanas a un desastre inevitable y completo. Por eso me produzco (sic) como enemigo de cualquier sistema parlamentario que se trata de implantar en México, mi patria querida".
El artículo 89 fue aprobado en un paquete y votado por unanimidad. El Presidente tendría libertad absoluta para nombrar a su gabinete. Nunca estuvo sobre la mesa la posibilidad de que México fuera una República parlamentaria. Si acaso, como lo entendieron algunos constituyentes, se trataba de introducir una fórmula del parlamentarismo en el funcionamiento del régimen presidencial. Pero, y sólo como un juego de la imaginación, ¿qué hubiese sucedido si México en 1917 hubiera sido proclamado República parlamentaria?
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