JAVIER CORRAL JURADO
Tuvo Miguel Ángel Granados Chapa diversas cualidades, pero fue suya íntegramente la de saber escribir, que jamás podría realizarse sin saber pensar, pensar bien y para el bien común. Tuvo varias vocaciones - entre ellas la academia, la abogacía, la política y el activismo social - pero fue única su fe: el periodismo. El que ejerció como Maestro. Y desde esa maestría demostró que el periodismo puede tener causas sin tener que ser militante, apartarse del equilibrio u olvidarse del punto de vista diferente.
Porque este homenaje es organizado por AMEDI, debo señalar que una de sus causas, en sus varias vocaciones fue el derecho a la información, en el que abarcó la defensa de la libertad de expresión y la democratización de los medios de comunicación, la responsabilidad social de los periodistas.
Porque Miguel Ángel Granados Chapa supo siempre que tan enemiga de la libertad de expresión es la censura, como la calumnia; defendió que las libertades que no se aseguran en las leyes, se vuelven frágiles y fáciles de perder; por ello se apostó siempre en favor de una legislación de medios que garantizara la pluralidad y la diversidad de voces; de ahí que cuando le propuse que me acompañara a Presidir el Consejo consultivo de AMEDI, su respuesta fue inmediata, resuelta, generosa. Como cuando al lado de más de 80 organizaciones ciudadanas convocadas por AMEDI nos aceptó encabezar, en este mismo lugar, la creación del Frente Nacional por una Nueva Ley de Medios. Que en el mejor homenaje a su memoria, debiéramos retomar con todo vigor.
Su posición crítica e informada sobre el funcionamiento y la estructura monopólica de los medios electrónicos de comunicación - incluido el conocimiento a detalle sobre sofisticados aspectos técnicos y del desarrollo tecnológico de éstos -, le granjeó un desprecio y un desdén por parte del duopolio de la televisión, que llegó a la insolencia.
El 23 de enero de 2011, en su Plaza Pública, Miguel Ángel Granados Chapa dio a conocer la fusión entre Televisa y Iusacell -empresa de TV Azteca-, por cierto: una operación que esta próxima a resolverse y que de permitirla la autoridad constituiría la más grave lesión a la competencia económica en el sector de las telecomunicaciones y al sistema democrático, por lo que se refiere a la fusión definitiva de las dos televisoras.
Ese domingo, Granados Chapa advirtió las consecuencias de esa operación, pero sobre todo desvelaba la simulación que en torno de la licitación 21 tenía TV Azteca, y la absoluta deslealtad con que Televisa se comportaba con su socio Nextel, toda vez que desde diciembre del año anterior había incubado la idea de dejarlo en el camino y comprar mejor Iusacell.
Así lo anticipó Miguel Ángel en su columna: "Si no puedes vencer a tu enemigo, recomienda un refrán, únetele. Y si puedes, mejor cómpralo. Esa fórmula se aplicó esta semana, cuando Televisa adquirió la totalidad de acciones de Iusacell, la empresa que en busca de su propio provecho presentó más de 40 recursos legales contra la licitación 21, confeccionada a favor del consorcio Azcárraga. Esa operación jurídica, y política, de la que se da cuenta en esta columna antes que en ninguno otro lugar, permitirá a Televisa además de desembarazarse de su principal adversario en tribunales, contar de golpe y porrazo con 53 megahercios del espectro radioeléctrico, los que posee Iusacell.
Esa misma tarde y al día siguiente, las televisoras publicaron cartas aclaratorias, le profirieron los peores calificativos que se le pueden decir a un periodista, los gatos de angora de Televisa y Tv Azteca lo desmintieron con tal contundencia que nunca habíamos imaginado hasta donde podía llegar el cinismo convertido en derecho de réplica. Lo acusaron de profesional de la mentira, de la calumnia y la difamación.
Miguel Ángel Granados Chapa escribió al día siguiente en su cajón de sastre, el 24 de enero de 2011:
“En sendas cartas que aparecen en esta misma edición, Televisa y Grupo Salinas desmienten la venta de Iusacell, a que me referí en la Plaza pública de ayer. A reserva de ofrecer una respuesta más completa, admito avergonzado que cometí dos errores profesionales. En primer lugar, me dejé llevar por el afán de dar a conocer una primicia, una noticia exclusiva en un ámbito de gran importancia pública, línea infrecuente en mi habitual trabajo de información y análisis. En segundo lugar, como lo señalan los desmentidos a los que en ese punto reconozco plena razón, no inquirí a las partes sobre el hecho, omisión motivada por la firme confianza que me merece la fuente de que abrevé esa información. Al mismo tiempo que acepto la gravedad de este desliz profesional solicito a los lectores lo disculpen.”
Pienso que a muchos se nos estrujó el corazón en aquel momento, particularmente me sentí demolido moralmente, porque fui yo la fuente indirecta de aquella información.
Le escribí por correo electrónico esa mañana a Miguel Angel: "realmente me encuentro atribulado y conmovido por lo que ha pasado, reprochándome la falta de cuidado al platicarle lo de Iusacel, o más bien la contundencia con que hice mía la información que se me dio.
La vergüenza de la que ahora habla en su cajón de sastre, me alcanza por eso quiero pedirle una disculpa y comentarle exactamente lo que me fue informado y como sucedió".
Le di cuenta a Miguel Ángel de todos los detalles, le revelé nombres y fechas, incluso le transcribí los mensajes de blackberry donde me aseguraban que el informante "juraba que se había llevado a cabo la operación", y que había copia de la carta de intención firmada a mediados de diciembre del año anterior. Y le ratifiqué también que la información la había obtenido por un testigo, desde las entrañas mismas de la negociación.
"Miguel Ángel, le cuento esto porque estoy muy contrariado y encabronado por la manera en que le han respondido las televisoras, miserables como siempre; solo me consuela su grandeza, sus tamaños y su nivel que vuelve a demostrar en el cajón de sastre de hoy. Esto me ha motivado a consultarle qué debo hacer, creo sinceramente que debo salir a la opinión pública y dar mi propio testimonio".
Miguel Ángel se comunicó conmigo de inmediato por teléfono.
- No lo haga Javier, al final de cuentas es mi responsabilidad, no la suya. Dejemos correr el tiempo.
Y el tiempo corrió. Sólo unos cuantos meses duró la mentira de las televisoras, porque como siempre ha de llegar, llegó la verdad. Sólo esquivaron el tiempo legal que Televisa tenía en su contrato con Nextel, para dar a conocer su nueva negociación con Iusacell, que en realidad no era de ese día, sino desde diciembre, como la había dicho Granados Chapa.
Pudo Miguel Ángel entregarle a sus lectores la versión completa, ya con documentos en mano.
Sin regodeo alguno, escribió en su Plaza Pública del 10 de abril del 2011, lo siguiente: “Ante los irritados desmentidos de las televisoras que integran el duopolio, pedí disculpas a los lectores. Pero no negué el hecho cuya existencia tenía entonces por cierta, y que 10 semanas después ha sido confirmado por las partes.” “Ese reconocimiento no implicó que me desdijera de lo dicho. No rectifiqué, pues el acuerdo para que Iusacell pasara al control de Televisa, como ahora ocurrirá, consta en una declaración de intención que se consuma ahora. El 21 de diciembre de 2010 había sido suscrita por funcionarios de ambas partes. Se enmarcaba en el comienzo del concurso mercantil solicitado por Grupo Iusacell y Grupo Iusacell Celular, procedimiento jurídico que concluyó la semana pasada, justo a tiempo para admitir en público las nupcias por conveniencia de Televisa y Grupo Salinas.”
“En el duelo de mastodontes el gobierno justifica su impasibilidad en la carencia o insuficiencia de instrumentos legales para regular a derechas las telecomunicaciones. Pero no ejerce los que tiene, y se muestra tímida y groseramente omiso ante la tentativa encabezada por MVS para ofrecer, según su propaganda, "banda ancha para todos", más rápida y más barata, es decir un servicio ventajoso para los usuarios, en los que nadie había pensado.”
Las televisoras enmudecieron, porque fueron brutalmente exhibidas. Los gatos de angora ya no maullaron. El insulto, las descalificaciones y el desdén quedaron como el mejor homenaje que la mediocridad rinde al talento.
Fue Miguel Ángel periodista siempre, enorme su tamaño como referente del ejercicio ético. Estriba su grandeza en que nos demostró cómo puede un hombre hacer compatible el talento con la sencillez, el profesionalismo con la generosidad. Por eso no podemos decirle adiós, a Miguel Ángel lo único que le podemos decir es hasta siempre y muchas gracias por todo.
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