jueves, 20 de octubre de 2011

UNA VISIÓN DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN

GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL

Germán Dehesa fue un escritor muy leído y muy estimado por los lectores del periódico “Reforma” donde publicaba su columna, algunos amigos y amigas no se perdían sus comentarios. Un día siendo yo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación me comentaron que Germán había escrito sobre mi persona llamándome “San Genarito”, ésta noticia que me llevaron me agradó, tomé el teléfono y lo busqué, me contestó una vez localizado preguntándome:
—Dígame usted, ¿que se le ofrece?— Y yo le dije: —¿oiga don Germán le gustaría venir a tomar un café a la Suprema Corte con “San Genarito”?— Y me dijo —cómo no, encantado con mucho gusto asistiré a la hora que usted me diga—. Yo le conteste que si le parecía ese día a las seis de la tarde. Su contestación fue entusiasta, —desde luego ahí estaré—. Después de eso habrán seguido algunos momentos de silencio y luego preguntó —dígame—, ¿dónde queda la Suprema Corte? Desde luego se lo explique y di instrucciones a la seguridad del edificio para que lo dejaran entrar al estacionamiento, pero cuento esta historia para hacer ver la ignorancia tan grande que hay sobre el mundo que gobiernan los jueces de la federación.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, está estructurada con once Ministros, cada uno de los ministros tiene diez Secretarios de Estudio y Cuenta, los secretarios de estudio y cuenta se clasifican en secretarios de mucho estudio y poca cuenta y secretarios de mucha cuenta y poco estudio; ellos son los que dan la primera lectura a los expedientes que deben resolver después los señores ministros, además acuerdan con los mismos, el sentido que debe dárseles a las sentencias que como es sabido, siendo sentencias de la Suprema Corte contra ellas no procede ya recurso alguno. También tenemos Tribunales Colegiados de Circuito y Tribunales Unitarios, los tribunales mencionados examinan todos los asuntos que por así haberlo decidido la Suprema Corte, no llegan al examen del alto tribunal, sus sentencias en la materia que les corresponde son también definitivas, los tribunales colegiados tienen tres magistrados y los unitarios solamente un magistrado, existen colegiados de todas las materias penal, administrativo, civil y laboral y tribunales unitarios que también conocen de las materias penal, civil y administrativo, además tenemos en toda la República Mexicana los Juzgados de Distrito que se encuentran atendidos por un Juez Federal y es donde se presenta la demanda de amparo indirecto llamada así porque después tendrá una segunda instancia federal ante los colegiados o ante la Suprema Corte según su competencia.
Forma parte también del Poder Judicial de la Federación el Consejo de la Judicatura Federal, la estructura de este órgano se formó para separar del trabajo de los señores ministros la administración de juzgados y tribunales colegiados con todo lo que ésta administración supone, por ejemplo, compra y renta de edificios, compra de todo el material que se requiere para que trabajen los órganos de justicia federal, la administración del personal que trabaja en el Poder Judicial con excepción de la Suprema Corte que son mas de treinta mil personas. Se pensó que quitándole a la Suprema Corte la tarea administrativa, podría dedicarse plenamente a sus funciones netamente judiciales o sea impartir la justicia federal. El Consejo se compone por el Presidente de la Suprema Corte que es también Presidente del Consejo, tres Magistrados de Circuito, pudieran ser también Jueces de Distrito pero se ha encontrado que es mejor que sean magistrados porque serán los que revisen, administres, sancionen, etc., a los titulares de tribunales colegiados y juzgados de distrito.
Además la Cámara de Senadores propone dos Consejeros y el Presidente de la República otro más, luego de los siete miembros de la estructura del consejo, cuatro pertenecen al poder judicial o sea siempre tendrá mayoría en esa estructura.
¿Por qué no ha dado resultado? Con honrosas excepciones los señores consejeros trabajan poco y en algunos casos —se dice— que recomiendan a los magistrados y jueces los asuntos de su conocimiento. Como no volverán a ocupar el cargo de consejeros de la judicatura los tres representantes dos del Senado y otro de la Presidencia de la República, no les preocupa su posición una vez que han trabajado en el Consejo.

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