sábado, 1 de agosto de 2009

¡DEBACLE EN VENEZUELA!

FRANCISCO MARTÍN MORENO

El marxismo-leninismo constituyó la mentira más grande del siglo XX. Cuando se desplomó la Cortina de Hierro dejó al descubierto la infamia y la tragedia contenidas en dicha filosofía económica y política que masacró a los “enemigos del sistema”, los encarceló, los recluyó en manicomios, postró en la miseria a millones de personas y sepultó en la orfandad política a miles de teóricos, hipócritas, la mayoría de ellos.
¿Usted invertiría la quinta parte de un centavo en Venezuela? Sin inversión desaparecen las empresas; sin empresas no hay empleos y sin empleos se atenta en contra de la estabilidad política y social de un país. Sin empresas no hay recaudación tributaria y sin recaudación el gobierno carece de recursos para satisfacer las necesidades fundamentales de la ciudadanía.
El marxismo-leninismo constituyó la mentira más grande del siglo XX. Cuando se desplomó la Cortina de Hierro dejó al descubierto la infamia y la tragedia contenidas en dicha filosofía económica y política que masacró a los “enemigos del sistema”, los encarceló, los recluyó en manicomios, postró en la miseria a millones de personas y sepultó en la orfandad política a miles de teóricos, hipócritas, la inmensa mayoría de ellos, unos connotados presupuestívoros, golosos consumidores del Armagnac XO…
Hugo Chávez, este acaudalado primate bajado a pedradas de una palmera de La Guaira, hoy ocupa explicablemente la primera magistratura de su país en razón del voto mayoritario de los venezolanos, los mismos que en su momento también reeligieron a Carlos Andrés Pérez con las consecuencias por todos conocidas. Los venezolanos reeligieron el caos, algo así como si los mexicanos hubiéramos reelegido a Echeverría… Si Chávez ganó las elecciones fue porque su pueblo demandó promesas porque ya estaba harto de realidades…
Este pintoresco mico del Orinoco olvidó, por lo visto, la catástrofe padecida por los soviéticos y sus satélites fundamentalmente europeos. Ni siquiera giró la cabeza hacia Brasil en donde una izquierda inteligente y lúcida ha disparado los índices de bienestar del país vecino. Socialismo el de Felipe González, el de Mitterrand, el de Lula, el de Lagos y el de la Bachelet. El pretendido socialismo de Chávez o el de Castro son fórmulas supuestamente progresistas que hunden en la pobreza a la población, además de mutilarla y orillarla a la rebelión, salvo que en cada manzana el ejército corrupto y cómplice controle cada casa, calle, manzana, colonia, pueblo y ciudad. Todavía no conozco elecciones transparentes y democráticas en las que se vote libremente por el comunismo: éste debe ser impuesto con la fuerza de las bayonetas.
Chávez y su gabinete “bolivariano” ya deberían haber aprendido que la nacionalización de los bienes de producción conduce al desastre. El Estado, por lo general, no ha sido un buen empresario. En nuestro caso ahí están Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad, Luz y Fuerza y el Instituto Mexicano del Seguro Social: donde hay un burócrata hay un problema y donde hay cuatro millones de burócratas hay cuatro millones de problemas. El proyecto de Ley Venezolano de Propiedad Social provocará no sólo la quiebra de su economía, sino que, a la larga, propiciará un baño de sangre.
Chávez ha convertido a más de 12 mil firmas contratistas de Petróleos de Venezuela en “unidades de producción socialistas” dirigidas y financiadas por el gobierno. No es conveniente gobernar con reglas y principios extraídos del bote de la basura, por ello la nacionalización del sector eléctrico, de las telecomunicaciones, de la metalurgia, de la industria del cemento, de plantas procesadoras de alimentos y tierras para la siembra y la ganadería, además de algunos bancos clave en la economía, sólo se traducirán en ineficiencia, pobreza e injusticia social desde que los sindicatos y sus respectivos líderes se convertirán en sectores privilegiados que se enrollarán como sanguijuelas alrededor de la tráquea de la nación para absorber los últimos flujos de sangre fresca.
Chávez, es claro, no aprendió tampoco de la experiencia mexicana. Chávez nunca aprendió nada. ¡Pobres de los venezolanos que lo eligieron y lo reeligieron! Pobre de América Latina si no aprende del caso venezolano o del cubano. Honduras ya dio una lección, sombría por cierto. La violencia engendra más violencia. El rompimiento del Estado de derecho es una amenaza para la paz social. ¿Las expropiaciones o los robos “legales” y la tiranía legalizada no lo son? ¿Y la supresión de la libertad de expresión, además de las persecuciones políticas? ¿Qué falló en primera instancia? ¡La educación…! A más desesperación e ignorancia, más Chávez o más Andrés Manuel López Obrador…
A Raúl Castro, otro tirano, le asiste la razón cuando sostiene que “en Cuba no sobra nada, sólo problemas.” Agregó que “los frijoles en Cuba son un asunto de seguridad nacional” y que su país “no puede seguir gastando cientos de millones de dólares en importar alimentos que se pueden producir en la isla”. ¿Quién va a producir frijoles en Cuba y a cambio de qué si con las ganancias —¿cuáles…?— no es posible mejorar las condiciones de vida ni ahorrar para tener una vejez sin sobresaltos ante la ausencia de la propiedad privada?
La socialización del campo mexicano tendría que haber sido otra experiencia a investigar… ¿Cuándo se entenderá que el capitalismo de Estado es un embuste muy vendible en los países depauperados y sepultados en la ignorancia? Chávez estaba mejor trepado en su palmera en La Guaira

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