jueves, 22 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y EL PRESUPUESTO

RAÚL CARRANCÁ Y RIVAS

"La mejor de las ciudades es la que por medio de la educación inculca la virtud a sus ciudadanos" Aristóteles

En medio de la crisis de seguridad por la que atraviesa México no hay duda de que una de las pocas soluciones para resolverla, a mediano o largo plazo, es el incremento de recursos a la educación básica. Sin embargo la educación superior no será prioritaria en 2012 para el gobierno federal. En efecto, los recursos para la licenciatura bajarán 1.9 % y para el postgrado 7.5%, respecto a 2011, de acuerdo con un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. Me parece muy grave la disminución que señalo porque en la especie se trata de una cadena, de una unidad, que va desde los estudios primarios y básicos hasta los correspondientes a las últimas etapas del proceso. La buena educación, la de excelencia, culmina en la licenciatura, en la especialidad, en la maestría y por supuesto en el doctorado. No se niega la importancia de los cimientos que se ponen en la básica, pero los cimientos no suelen ser nada sin el resto, o no son suficientes. 
Ahora bien, educar es ir abriendo perspectivas intelectuales, morales y espirituales en la vida del estudiante. En ello hay una continuidad que debe ser inalterable. Y llama la atención, por lo menos, que en el presupuesto presentado por la Secretaría de Hacienda no se haya tenido en cuenta eso. Es una visión práctica, materialista, propia de los políticos y gobernantes con tendencias claras y manifiestas a la tecnocracia. Y no es que desdeñemos ésta, que es oportuna en ciertos momentos de la historia y como vía de paso, como punto intermedio, sino que la propensión a verlo todo con criterio económico y administrativo, buscando soluciones eficaces por encima de las ideológicas y humanísticas, se paga muy caro a la larga porque la tecnocracia es sólo un instrumento y nunca un fin. Y si se la considera un fin, será siempre con flagrante olvido u omisión del hombre, de lo humano. Desde luego hay problemas ingentes en el país que reclaman solución inmediata, con preferencia de otros. Pero lo que no es aconsejable es la reducción del presupuesto en materia de educación superior. Además es señal inequívoca en el autor o autores del presupuesto de la poca importancia que se le da a la universidad, a la Cultura con mayúscula, en el proyecto de recuperación y progreso de la nación. La Universidad Nacional Autónoma de México, en concreto el Doctor Jorge Carpizo McGregor y el rector José Narro Robles, han elaborado la propuesta de Estado sobre Seguridad y Justicia en Democracia, que es el fruto de un arduo y paciente esfuerzo de juristas e investigadores notabilísimos cuyo trabajo sería inconcebible sin la licenciatura, la maestría y el postgrado, es decir, sin la educación superior. Detenerse nada más en las primeras etapas de la educación es impedir que culmine el proceso de formación intelectual del estudiante y del estudioso. Es catastrófico, a mi juicio, que en medio de la crisis por la que atraviesa la República se pierda la visión del verdadero problema. Nada podrá funcionar en la inmediata y futura historia de México si prevalecen la inseguridad y violencia que hoy nos acosan, de tal manera que la prioridad es combatirlas. Y en virtud del fracaso de la estrategia del gobierno en su guerra contra la delincuencia y el narcotráfico, no es razonable ni inteligente omitir la relevancia de lo más depurado que puede dar una universidad; porque si el Estado y en particular el gobierno no apoyan el incremento de la educación superior, adelgazando los recursos económicos para favorecerla, entonces la inteligencia más calificada perderá espacio. ¿Y qué tiene que ver ello con el desastre que vive México hoy en día? Todo, ya que es precisamente la inteligencia universitaria la más idónea, como en el caso de la propuesta de Estado sobre Seguridad y Justicia en Democracia a la que me he referido, para estudiar el entorno social y proponer soluciones. Qué lamentable, pues, que la educación superior no sea prioritaria para el gobierno.

No hay comentarios: