viernes, 13 de noviembre de 2009

¿JUEZ O SECRETARIO DEL TRABAJO?

RAÚL CARRANCÁ Y RIVAS

El señor Javier Lozano Alarcón, prefiero no llamarlo abogado, quien desempeña el cargo de Secretario del Trabajo en el gabinete del Presidente Calderón Hinojosa, compromete a éste con sus desatinos. Lo digo porque yo parto del supuesto de que el Presidente puede ser un hombre honesto, patriota, bien intencionado, pero... con un colaborador así, que sin duda opina y lo aconseja, aquellas virtudes y atributos corren el riesgo de opacarse. El señor Lozano es un bárbaro en el más riguroso sentido de la palabra. Mire usted que venirnos con el cuento de que el organismo Luz y Fuerza del Centro ha muerto y de que en consecuencia hay que hacer con él lo que con los muertos, o sea, expedirle el acta de defunción y enterrarlo. En El Mentiroso de Corneille aparece la frase "Las gentes que voz matáis se portan bastante bien" (acto IV, escena II) de donde ha nacido el famoso proverbio español "Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud", atribuido por algunos a Zorrilla en su Don Juan Tenorio. Pero por lo visto el señor Lozano es un matador innato, y no de toros. Mal aficionado al homicidio ignora que Luz y Fuerza del Centro está más vivo que él. En efecto, eso de que ha muerto es una mentira que devela su ignorancia del Derecho y pone de manifiesto -¿o no?- su mala fe, su torcida intención de engañar a los trabajadores de la empresa en proceso de extinción, que no extinta pues una resolución judicial lo ha impedido. Yo no sé quién le enseñó en su Escuela Libre de Derecho la materia de Garantías y Amparo porque basta y sobra con que la juez primera de Distrito en materia laboral del centro auxiliar de la primera región, con sede en el Distrito Federal, haya ordenado -como lo señalo- la suspensión provisional del acto reclamado, es decir, del Decreto del Presidente de la República del 11 de octubre del año en curso, y con posterioridad la suspensión definitiva, evitando que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje resolviera el juicio especial promovido por la empresa liquidadora de Luz y Fuerza del Centro hasta que no se dicte sentencia definitiva en el juicio de amparo, para que el organismo citado viva y respire. El señor Lozano compromete al Presidente al pedir a los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas -litigando en contra de la clase trabajadora- que se desistan de su demanda de amparo, o sea, de su derecho, lo que equivale a prejuzgar y juzgar metiéndose en lo que no es de su incumbencia. ¿Con qué cara se atreve a sostener que el Sindicato y sus abogados están llevando a los trabajadores "a una auténtica aventura"? ¿Cuál aventura? ¿Qué no sabe acaso que todo aquél que se sienta agraviado en sus garantías individuales consagradas en la Constitución tiene el derecho de solicitar el amparo y protección de la Justicia Federal, con base y fundamento en la fracción I del artículo 103 de la Carta Magna? Aventura, ésa sí, a la que con su soberbia y altivez ha llevado al gobierno y al país. ¿Cómo se atreve a decir que el juicio de amparo no prosperará? ¿Quién es él? ¿Se cree la encarnación de la pitonisa muerta hace siglos o le ha arrebatado su toga al juzgador? Deja su cargo de Secretario del Trabajo y de la noche a la mañana se vuelve juez y parte. Determina, resuelve, falla en el sentido de equivocarse rotundamente. Carece del señorío necesario, del tacto y la prudencia incluso política, para no salirse de su sitio y reconocer que sus convicciones, pasiones e intereses, se hallan hoy por hoy en las manos de un Poder que no es el Ejecutivo al que él sirve sino el Judicial al que debe respetar. ¡Qué bárbaro, repito! Y cito sus palabras: "No es un revés para el gobierno (el amparo) sino para quienes han confiado en un liderazgo que les ha hecho creer que por la vía del amparo podrán revertir el decreto" (que a su ver entraña un acto de imposible reparación). ¡Qué bárbaro! Se anticipa a la resolución del Poder Judicial. ¿Es que quiere influir en él? Si es el caso, qué poca elegancia. Y claro, suelta su amenaza disfrazada de advertencia: "continuarán pagándose con normalidad las liquidaciones voluntarias hasta el 14 de noviembre".
Por último sepa usted, estimado lector, que el señor Lozano tiene como encomienda lograr el equilibrio entre los distintos factores de la producción. ¡Menudo equilibrio el suyo, que rompe y quebranta la esencia de las relaciones obrero-patronales! Que se calle, guarde silencio, se mantenga a la espera y le aporte a la juez los alegatos y pruebas que considere necesarios. Que haga en suma lo más elemental: respetar ese otro equilibrio imprescindible en un Estado de Derecho: el de los Poderes de la Unión. Y que no olvide que en su condición de funcionario público, y en los términos del artículo 128 de la Constitución, antes de tomar posesión de su encargo prestó la protesta de guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen; siendo que en caso contrario se hallará sujeto a las responsabilidades a las que se refiere el Título Cuarto de la propia Carta Magna.

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