miércoles, 18 de noviembre de 2009

LOS 'DESTOS'

SERGIO AGUAYO QUESADA

Mientras México sigue deshilachándose y se buscan soluciones con urgencia, el PRD capitalino nos obsequia un entretenido sainete.
En balance, la alternancia ha servido para modernizar el autoritarismo. Si antes mandaba un presidente, ahora a la democracia la manejan unos cuantos poderes fácticos que se hacen trizas, con ferocidad y sin normas, para encabezar el saqueo a la patria y la explotación de quienes vivimos en ella. Mientras se desgreñan, los representantes de estos poderes gritan frases elocuentes sobre su amor por México y su compromiso con los principios. Entretanto, la sociedad flota en un espeso potaje hecho de irritación, miedo a la inseguridad y carestía.
El 5 de noviembre Marcelo Ebrard visitó El Colegio de México como parte del ciclo "¿A dónde va la izquierda?". Una de sus tesis fue que la izquierda puede sacar del pantano a las mayorías porque, en comparación con los otros partidos, tiene menos complicidades con los intereses creados. Esto requiere, agregó, un mayor nivel de coordinación entre las izquierdas de donde surja un acuerdo en la forma de seleccionar a un candidato de unidad para las presidenciales del 2012. El razonamiento completo de Ebrard es más elaborado y coherente, pero contrastemos esta idea con un enredo costumbrista:
-"Reconoce a tu hijo", increpa la mujer al diputado capitalino mientras le entrega una canasta con huevos, "para que [aprendas a ser] hombre".
-"¡Estás loca!, ¡estás enferma!", le responde descompuesto quien recibe los "destos".
La mujer es Emelia Hernández; el varón, el diputado Héctor Guijosa. En un primer momento parece otro episodio de paternidad irresponsable; en México abundan las mujeres abandonadas que, como escribiera el bardo Julio Sesto, "amaron creyendo ser también amadas, y van por la vida llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño".
El sainete es un refinado ejemplo de degradación política. Un número considerable de perredistas ya no debaten, como en el pasado, sobre la disyuntiva entre reforma o revolución, las crisis del capitalismo o la relación partido-sindicato. Los agarrones son por la operación, las posiciones y los presupuestos.
Eduardo y Emelia Hernández tenían mucho tiempo haciendo "trabajo político" en la Delegación Magdalena Contreras de la capital. Después se incorporó Héctor, quien fue delegado entre el 2006 y el 2009 y correspondió con trabajos bien pagados para los dos hermanos. También se hizo amante de Emelia y de ahí nació la criatura de la discordia. Emelia se contagió de ambición e intentó suceder a Héctor, pero no pudo y en su lugar entró el hermano, Eduardo, quien la mantuvo en la nómina e invitó a Guadalupe, otra hermana. En medio de la gritería se acusaron de corrupción por otorgamiento de licencias de construcción y por el desvío de 25 millones de pesos.
Esta saga contrerense hierve con conflictos de interés, uso de la alcoba para llegar el poder y, sobre todo, confusión entre lo público y lo privado. También hay simulación porque los protagonistas forman parte de la corriente perredista Unidad y ¡Renovación! (signos de admiración añadidos), encabezada por Armando Quintero, actual secretario de Transportes y Vialidad de la capital.
Hasta el momento, la única reacción del PRD capitalino ha sido juntar a los rijosos para que se entiendan, porque su agarrón ya está "golpeando" a la delegación y al partido. Tanta tibieza pone al PRD en el mismo nivel que las otras formaciones políticas. Ignoro qué tan representativo es este incidente, pero de la respuesta depende la capacidad de la izquierda institucional de encabezar la emancipación social de los poderes fácticos.
El PRD también tiene una franja que reconoce la urgencia de modificar sus prácticas internas, para lo cual acepta errores como su alejamiento de los "movimientos y organizaciones sociales". En la opinión del Congreso Nacional de agosto del 2007, ése fue uno de los factores por los cuales perdió la elección presidencial del 2006.
Esta corriente considera urgente crear un gran movimiento unitario entre las izquierdas. Después del retroceso de la izquierda partidista en la elección federal del 2009, ésta ha multiplicado sus esfuerzos por relacionarse con la sociedad organizada, un acercamiento importante porque, con todo y sus limitaciones y contradicciones, las izquierdas sociales se han mantenido razonablemente indemnes frente a la corrupción y son una reserva ética para renovar la izquierda partidista.
El PRD tendrá que regenerarse si aspira a preservar lo que tiene y a convertirse en una alternativa para el futuro. Si va en serio su propósito de enmienda, le harán falta muchos "destos", ingeniosa alegoría del mexicanísimo "Santos", el personaje cumbre de los entrañables Jis y Trino. ¿Sabrán dónde ponerlos?

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