viernes, 13 de noviembre de 2009

LA MÁS NOCIVA DE LAS SECUESTRADORAS

FRANCISCO MARTÍN MORENO

El amable lector que pase generosamente la vista por estas líneas deseará conocer de inmediato el nombre de la más nociva de las secuestradoras mexicanas: la respuesta no puede ser otra que Elba Esther Gordillo, la supuesta maestra de nuestros hijos, los depositarios de lo mejor de nosotros. Fundo la aseveración anterior en el siguiente argumento: si el presente y el futuro del país dependen, sin duda alguna, de la educación y ésta se encuentra secuestrada por la “maestra” Gordillo, entonces no resulta difícil concluir que el porvenir de México radica en los estados de ánimo, en el sentido del honor, en la capacidad profesional y en el concepto de patriotismo de la líder del sindicato de maestros de la SEP…Si las alianzas para evaluar la educación nacional no pasan de ser una simulación; si el gobierno se ha caracterizado por haber sido un pésimo maestro, cuya eficiencia es medible con tan sólo constatar la existencia de 40 millones de mexicanos sepultados en la miseria; si en las escuelas públicas únicamente se incuba la mediocridad y la resignación se apodera gradualmente de la mente de millones de nuestros jóvenes; si de las aulas surgen hornadas de ciudadanos semianalfabetos que escriben su nombre con faltas de ortografía; si los estudiantes desertan o se forman sin haber aprendido a ejecutar operaciones aritméticas elementales; si 90% de los aspirantes a ingresar en las universidades públicas reprueban los exámenes de admisión, con lo que queda demostrado cómo el esfuerzo de la sociedad por financiar la excelencia educativa se tradujo en un sacrificio inútil; si la inmensa mayoría de las generaciones futuras obtendrán, si acaso, ingresos no mayores a 40 mil pesos anuales; si nuestros supuestos “socios” del TLC nos contemplan como una fuente de mano de obra barata, sin concedernos la anhelada categoría de socios; en fin, si una sola persona tiene secuestrado el futuro del país y nadie, por temores fundados de toda índole, puede remover del cargo a la líder del magisterio, entonces la señora Gordillo y su pandilla de seudomaestros, son los secuestradores más nocivos existentes del país.Si Calderón es el primero en formar parte del grupo, nada distinguido, de secuestrados, y negocia con una pandilla de seudomaestros para reciprocar atenciones relativas a su estancia en el poder, además de concederles cargos en el gabinete a quienes nos han arrebatado el futuro; si al mismísimo jefe de la nación se le puede acusar entonces de cómplice en este artero ataque en contra de las más caras esperanzas de México; si se le entregan a la señora Gordillo miles de millones de pesos a fondo perdido y sin destino específico para afianzarla en su execrable liderazgo, a cambio de retribuirle sus esfuerzos para consolidar al panismo en Los Pinos; si el Congreso de la Unión se hace de la vista gorda ante el grosero despilfarro de los ahorros de la nación y no se ocupa de emitir leyes orientadas a propiciar la democratización sindical y ni siquiera se alarma ante los efectos de la creciente ignorancia y de la desesperación social; si la ciudadanía se abstiene de protestar aun cuando el porvenir de más de 100 millones de mexicanos se frustra en las aulas, entonces el futuro nos alcanzará irremediablemente.¿Qué pensará la “maestra” Gordillo cuando el día de mañana se retire o sea retirada, y contemple a la distancia su catastrófica gestión? ¿Estará satisfecha del origen de su fortuna y de haber decapitado las posibilidades de evolución de millones de mexicanos, víctimas de la avaricia, el egoísmo y la sevicia de una pandilla encabezada por ella? ¿Cómo justificará la “maestra” Gordillo, en su intimidad, el daño que le hace a la nación? Instalada en la opulencia y en la impunidad, ¿estará orgullosa de haber cancelado las oportunidades de millones de personas? ¿Será consciente de que con su poder omnímodo podría construir eficazmente el país con el que todos soñamos y lograr que su nombre sea escrito con letras de oro en los palacios legislativos de la República, en lugar de ser considerada como una delincuente social?“Maestra” Gordillo: Usted puede todavía dar un vigoroso golpe de timón y quitarse de un plumazo el uso obligado de las comillas. Escoja hoy mismo entre la conquista de un honorable espacio en las enciclopedias mexicanas como la gran forjadora del México moderno, o un justificado lugar, al cual ya está usted destinada, en cualquier basurero de la historia.

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