viernes, 8 de enero de 2010

A FELIPE DE JESÚS Y A MONSEÑOR PEÑA NIETO

FRANCISO MARTÍN MORENO

A todos los católicos liberales. A vosotros que habéis vuelto a abrir la puerta a la alta jerarquía católica en vuestras respectivas jurisdicciones; vosotros que, por lo visto, ignoráis nuestra propia historia y exaltáis, discretamente o no, la inigualable belleza de la reacción, os pregunto: ¿Creéis que el clero católico es un ejemplo de virtudes cristianas como la bondad, la caridad y la piedad..? ¿Acaso la usura, que cometía la Iglesia católica al cobrar sus intereses durante la Colonia y en buena parte del México independiente, las amenazas de excomunión lanzadas sobre personas insolventes o no, las torturas ejecutadas en los sótanos clandestinos del palacio de la Santa Inquisición, los embargos y lanzamientos de los acreedores incumplidos, toda esta cadena de infamias tiene algo que ver con la bondad, la caridad, la piedad? ¿Lo creéis..? Escuchadme bien: ¿Deseáis volver a padecer los horrores de una sociedad educada y dirigida por el clero católico, por la santa mafia, un clero holgazán, traidor, voraz, inescrupuloso, prejuicioso con las ideas modernas, enemigo de la evolución y del progreso, cerrado a las corrientes ideológicas, una maestra retrógrada, retardataria, limitada porque enseña tan sólo una parte del mundo y de la historia por cuidar sus intereses políticos y materiales? ¿Acaso podíamos aspirar a un México distinto si fue educado por el clero católico durante 300 años, más aún si las torturas y las persecuciones impuestas a quien lo desafiaba racionalmente destruían al hombre y a su intelecto? “¡Cuidado con los espíritus libres, almas descarriadas que pueden conducir a las sociedades civilizadas al abismo. Las bajas clases sociales son fanáticas en lo político y en lo religioso: ahí está la verdadera materia prima explotable!” Recordad que el clero excomulgó a los insurgentes y a quien atentara en contra de la vida de los invasores estadunidenses o franceses; recordad que derrocó gobiernos liberales cuando éstos apuntaban en dirección a los bienes clericales, financió revueltas, impidió la alfabetización, prohibió la libertad de conciencia, acaparó la riqueza durante siglos en detrimento de la prosperidad social al extremo de adueñarse de 52% de la propiedad inmobiliaria del país. El clero no se sometió a la justicia en razón de sus fueros y de sus tribunales especiales, persiguió y quemó a quien “pensara peligroso”, prohibió la lectura de libros, salvo los que a su juicio no contaminaran a la sociedad, y atrasó al país al rechazar las ideas refrescantes de la Ilustración, del Enciclopedismo, de la Revolución Francesa y de los Derechos Universales del Hombre. Negó la existencia de Voltaire y a Rousseau, Montesquieu, Diderot. Tened en cuenta que el clero concentró la educación entre ciertos privilegiados y continuó idiotizando a los pobres para que no faltaran sus ansiadas limosnas. A más ignorancia, más superstición, más dependencia y más ingresos por servicios religiosos. ¿Quién se va a creer que un cura pederasta u otro que purifica los donativos de los narcos es un representante de la Divinidad? No olvidéis que el clero se levantó en armas en 1829 cuando Guerrero pretendía rematar sus bienes; derrocó al gobierno de Gómez Farías en 1835; derogó la Constitución de 1824 e impuso una centralista para provocar la pérdida de Tejas; ejecutó diversos golpes de Estado, como el de Paredes y Arrillaga para recuperar sus privilegios vigentes durante el virreinato; promovió el levantamiento de los polkos con tal de no conceder préstamos destinados a la salvación de la República, durante la intervención estadunidense; financió la Guerra de Reforma en contra de la Constitución de 1857; apoyó las dictaduras de Santa Anna, de Zuloaga, de Miramón, de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta. Urdió el plan de La Profesa, el de Iguala, la conspiración de Tehuacán, el plan de Cuernavaca, el de Huejotzingo, el del Hospicio, el de San Luis Potosí, el levantamiento de Zacapoaxtla, el de Puebla de 1856, el de Tacubaya de 1857, apoyó el de Tuxtepec e hizo estallar la rebelión cristera al oponerse a la Constitución de 1917… Y vosotros, Felipe de Jesús y monseñor Peña Nieto, ¿volvéis a abrir la puerta a los peores enemigos de México en su historia? Si sabíais lo anterior y aun así la abristeis, malo, muy malo, y si no lo sabíais, entonces jamás tendréis el perdón del Señor ni aseguraréis un lugar en el paraíso que, por lo visto, tanto os preocupa…

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