Se gobierna a México con engaños. Engaña Felipe Calderón en su mensaje de Año Nuevo: “El 2010 será el año de la recuperación”, lo fundamenta con engaños: “… fue una crisis que vino del extranjero y que hoy en todo el mundo hay señales de mejoría”, lo que lo lleva a no hacer nada, mantener el statu quo. “Nuestras finanzas públicas están en orden”, cuando confrontó un hoyo de 300 mil millones que cubrió con “decisiones difíciles” y “grandes sacrificios para todos” salvo los poderosos que no pagan, ¿orden? Reitera en su mensaje prioridades: empleo, pobreza extrema y seguridad y afirma “continuaremos” avanzando, cuando lo que promete continuar es un fracaso: cayó el empleo, aumentó la pobreza y la inseguridad.
Engaña cuando afirma que tiene confianza en el futuro porque sabe que nuestra unidad y solidaridad son superiores al desafío y lo dice sabiendo que encuestas recientes rechazan esta visión de unidad, los mexicanos no creen en el gobierno ni en su capacidad ante las dificultades.
Engañan Calderón, Gómez Mont, Nava con Paredes, Beltrones, Rojas, fingiendo un enfrentamiento tan escandaloso como efímero por alzas en los precios de los hidrocarburos, cuando hermanados aprobaron el paquete fiscal recaudatorio; Beltrones amenaza, no negociará más con Calderón porque “no oye” y horas después acepta que sí ha oído y confía en que oirá más. Engañan estos actores cuando repudian el paquete fiscal que aprobaron y prometen de inmediato una reforma de verdad. Engañan al hacer creer que existe un desencuentro entre las fuerzas políticas que impide reformas indispensables, ¿pretexto? Llevan tres años de acuerdo en mantener el sistema neoliberal oligárquico, desde el primer día, al asegurar esta cúpula priísta el quórum para la protesta constitucional de Calderón en el Congreso. Aprueban juntos todo, se distribuyen nombramientos, se benefician del Ejecutivo y el Legislativo conjurados para que estos personajes acumulen poder, aseguren futuro y bienestar personales.
Engañan ¿promoviendo nuevamente la reforma del Estado? Calderón se adelanta, se lo reclaman, Beltrones el “padre de la idea” aunque sea vieja, promueve otra, se apoya en la UNAM. Se le pregunta qué pasó con la anterior reforma que impulsó, incluso como “Ley de la Reforma del Estado”, alegando que al ser Ley el Congreso se obligaba. Responde: se avanzó mucho “modernizando” el Informe, o sea facilitándole a Calderón desestimar al Congreso, pero se avanzó, dijo el pírrico Beltrones.
¿Engaña la Junta de Coordinación Política del Senado que aprobó que el Instituto Belisario Domínguez celebre un seminario con académicos, intelectuales nacionales y extranjeros para discutir la reforma del Estado, en dos días? La confiabilidad del promotor es nula, es el mismo que orquestó, obligado, el engaño de debatir la reforma energética en foros, desde luego esclarecedores, para oír a todos y no hacerle caso a nadie y presentar otra iniciativa aparentemente diferente a la discutida, al día siguiente de cerrar el ejercicio, sin análisis alguno de los foros. Se propone ahora lo mismo: con los invitados de siempre previamente negociados para que haya de unos y de otros para después acordar en privado. Pero lo más preocupante es que son los mismos coordinadores legislativos, del anterior engaño.
La propuesta de la UNAM de reforma del Estado es interesante independientemente de faltantes. Sugiere controlar la partidocracia, liberar al Congreso de la dictadura de los coordinadores con la transparencia de los recursos, arma de dominación. Propone fortalecer la Auditoría Superior y plantea contrapesos entre poderes y al interior de éstos. Usarla para justificar la aprobación de algunas partes de interés de los promotores sin las medidas equilibradoras, sería grave. Esperemos que no sea un nuevo engaño.
Engaña cuando afirma que tiene confianza en el futuro porque sabe que nuestra unidad y solidaridad son superiores al desafío y lo dice sabiendo que encuestas recientes rechazan esta visión de unidad, los mexicanos no creen en el gobierno ni en su capacidad ante las dificultades.
Engañan Calderón, Gómez Mont, Nava con Paredes, Beltrones, Rojas, fingiendo un enfrentamiento tan escandaloso como efímero por alzas en los precios de los hidrocarburos, cuando hermanados aprobaron el paquete fiscal recaudatorio; Beltrones amenaza, no negociará más con Calderón porque “no oye” y horas después acepta que sí ha oído y confía en que oirá más. Engañan estos actores cuando repudian el paquete fiscal que aprobaron y prometen de inmediato una reforma de verdad. Engañan al hacer creer que existe un desencuentro entre las fuerzas políticas que impide reformas indispensables, ¿pretexto? Llevan tres años de acuerdo en mantener el sistema neoliberal oligárquico, desde el primer día, al asegurar esta cúpula priísta el quórum para la protesta constitucional de Calderón en el Congreso. Aprueban juntos todo, se distribuyen nombramientos, se benefician del Ejecutivo y el Legislativo conjurados para que estos personajes acumulen poder, aseguren futuro y bienestar personales.
Engañan ¿promoviendo nuevamente la reforma del Estado? Calderón se adelanta, se lo reclaman, Beltrones el “padre de la idea” aunque sea vieja, promueve otra, se apoya en la UNAM. Se le pregunta qué pasó con la anterior reforma que impulsó, incluso como “Ley de la Reforma del Estado”, alegando que al ser Ley el Congreso se obligaba. Responde: se avanzó mucho “modernizando” el Informe, o sea facilitándole a Calderón desestimar al Congreso, pero se avanzó, dijo el pírrico Beltrones.
¿Engaña la Junta de Coordinación Política del Senado que aprobó que el Instituto Belisario Domínguez celebre un seminario con académicos, intelectuales nacionales y extranjeros para discutir la reforma del Estado, en dos días? La confiabilidad del promotor es nula, es el mismo que orquestó, obligado, el engaño de debatir la reforma energética en foros, desde luego esclarecedores, para oír a todos y no hacerle caso a nadie y presentar otra iniciativa aparentemente diferente a la discutida, al día siguiente de cerrar el ejercicio, sin análisis alguno de los foros. Se propone ahora lo mismo: con los invitados de siempre previamente negociados para que haya de unos y de otros para después acordar en privado. Pero lo más preocupante es que son los mismos coordinadores legislativos, del anterior engaño.
La propuesta de la UNAM de reforma del Estado es interesante independientemente de faltantes. Sugiere controlar la partidocracia, liberar al Congreso de la dictadura de los coordinadores con la transparencia de los recursos, arma de dominación. Propone fortalecer la Auditoría Superior y plantea contrapesos entre poderes y al interior de éstos. Usarla para justificar la aprobación de algunas partes de interés de los promotores sin las medidas equilibradoras, sería grave. Esperemos que no sea un nuevo engaño.
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