sábado, 27 de marzo de 2010

LO QUE VALE UN GOL

CIRO MURAYAMA RENDÓN

Va a hacer un año: casi a las 11 de la noche del 6 de mayo de 2009 en Londres, estadio Stamford Brigde, casa del Chelsea, minuto 92, el equipo de casa derrota por la mínima diferencia al Barcelona, con el que viene de empatar a cero en el partido de ida, las gradas están iluminadas de bengalas, los aficionados ingleses festejan que restan segundos para llegar a la final del máximo torneo de clubes del mundo, la Liga de Campeones de Europa. El partido agoniza, el balón rueda justo detrás del centro del campo del visitante, lo domina Xavi, que abre a la derecha, donde Alves recibe y pica junto a la banda para lanzar un pase largo hasta el centro del área del Chelsea; el defensor Terry despeja con la cabeza hacia la otra banda, donde recoge Eto’o, que a su vez cede dentro del área a Leo Messi, especialista en el regate corto. Messi encara pero no dribla, sino que retrasa al semicírculo, a las afueras del área, donde Andrés Iniesta descarga los 65 kilos de sus 1.70 metros en el empeine derecho. Gol al ángulo. Pep Guardiola, el entrenador del Barsa, pega por el perímetro del campo una galopada propia de jugador, hasta que le reconvienen y vuelve a su banquillo. El Barcelona a la final. Rostros de duelo en Stamford Bridge, juerga en las Ramblas. El gol del año, que acumula varios millones de visitas en YouTube.
Pero el gol de Iniesta no sólo aportó júbilo a los aficionados, sino ganancias constantes y sonantes a los accionistas del Barcelona Futbol Club. El gol de Iniesta permitió redondear los 31.2 millones de euros que la Federación Europea de Futbol Asociación (UEFA) garantizó a los dos equipos que, tras sortear los seis partidos de la fase de grupos, llegaran a la final del torneo. Antes de eso, cada equipo que consiguió llegar a la fase de grupos se había embolsado 7.1 millones de euros (esta cifra, y las que siguen, fueron tomadas de notas de prensa de AP a lo largo de 2009).
Vendría, luego, la noche del 17 de mayo de 2009 en Roma, donde el Barcelona se midió con el Manchester United. Marcador: Barsa, 2; Manchester, 0. Caja registradora: Barsa, nueve millones de euros; Manchester, 5.2 millones de euros como pago de la UEFA. Esa noche, sobre el terreno de juego, Messi fue 3.8 millones de euros más rentable que Cristiano Ronaldo (pero el entonces número 7 del cuadro inglés no se devaluó, pues unas semanas después se convertiría en el fichaje más caro en la historia del futbol mundial: una transacción, en medio de la mayor crisis económica internacional en 80 años, por 94 millones de euros).

Para la edición 2010 de la Liga de Campeones, la UEFA ha destinado un presupuesto de mil 090 millones de euros (unos mil 500 millones de dólares o unos 20 mil millones de pesos, lo equivalente al financiamiento que recibe la UNAM en el año en curso). Esta cifra se mantendrá en los próximos dos torneos, pues el patrocinio está asegurado con la participación de firmas como Ford, Heineken, MasterCard, PlayStation, Sony y Unicredit.
Participar en la Liga de Campeones es un asunto de prestigio deportivo a la vez que un importante negocio. Los 32 equipos participantes en la fase de grupos reciben dos tercios de los ingresos totales. Parte significativa de esa suma proviene de los derechos de transmisión televisiva, que en el actual torneo alcanza 337.8 millones de euros, aunque el reparto depende del propio mercado de la televisión en cada país. Así, mientras el año pasado el Manchester United recibió 37.8 millones de euros, el alemán Bayern Munich cobró 21.5 millones de euros y, en cambio, el modesto BATE Borisov, de Bielorrusia, 42 mil euros (aunque un club por participar en la fase preliminar recibe 2.1 millones de euros de parte de la UEFA). Una vez clasificado, un partido ganado implica unos 800 mil euros de la UEFA.
A los montos anteriores hay que sumar el dinero que los equipos reciben por las entradas a sus estadios y la venta de mercancía propia, como camisetas, bufandas, etcétera, así como la bebida y comida en los estadios. La UEFA, por su parte, que preside Michel Platini –aquel 10 de la selección francesa que se retiró de los mundiales en 1986 en Guadalajara, luego de que el equipo que capitaneaba fuera eliminado por Alemania pero tras vencer al Brasil de Zico en cuartos de final–, se queda con 200 millones de euros cada año, por gastos de gestión de la Liga de Campeones. Otro negocio es la Liga de la UEFA, un torneo internacional de segunda categoría que se disputa, también, año con año entre los clubes europeos.
El martes próximo, el Lyon enfrenta al Burdeos y el Bayern Munich al Manchester United; el miércoles, el Arsenal al Barcelona y el Inter de Milán al CSKA de Moscú. Una semana después son los juegos de vuelta. Se trata de las semifinales de la Liga de Campeones. De ahí a la final en el Santiago Bernabéu de Madrid el 22 de mayo. Cada gol en esta fase desatará euforias y desdichas, a la vez que llenará y vaciará carteras, tal como ocurrió con aquel mítico gol de Iniesta, en el minuto 93, en Stamford Bridge.

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