GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL
El verdadero significado de esta palabra es distinto al uso que le damos hoy, generalmente solemos atribuir éste término a personas que carecen de entendimiento.
La palabra “idiota” tiene su origen en la antigua Grecia, los griegos la utilizaban para referirse a los malos ciudadanos, idiota era la expresión que definía a los ciudadanos egoístas, que sólo se preocupan de sus intereses privados, pero nunca se ocupaban de los asuntos públicos de su ciudad, aquéllos que no estaban interesados en mejorar los problemas que compartían como comunidad. Idiota era el apático, el que no se involucraba en la vida pública de Atenas.
Aplicando esta palabra en su sentido correcto, podríamos decir que México es un país de idiotas, de los ciudadanos invisibles, apáticos, conformistas, egoístas, donde únicamente importa lo privado pero lo común es irrelevante, nadie quiere luchar por la causa que nos atañe a todos.
Somos un país donde se tiene la idea errónea que el ciudadano cumple con sus deberes con el hecho de asistir a las urnas de elección, lo cual es alarmante, pues sin ciudadanía no hay derechos vividos, no hay capacidad para corregir los desbalances del poder y las asimetrías sociales, ni se genera el bienestar social necesario para mejorar las condiciones de vida de las personas.
México necesita más ciudadanos que actúen en el rescate de sus derechos y menos militantes partidarios.
Nuestro país tiene una necesidad de ciudadanos, pero ¿cómo generar verdaderos ciudadanos? La participación cívica en la vida pública, es una consecuencia de los valores adquiridos en la familia, pues es el primer núcleo de interacción de la persona y lo adquirido ahí pronto pasará a formar parte de los valores de toda la comunidad.
La ciudadanía no se genera de la noche a la mañana, hay que trabajar, hay que educar, hay que formar. Las bases en las que una familia educa a sus hijos se traducen en la calidad ética de un país. Si los padres no educan a sus hijos con el buen ejemplo, poco se puede esperar.
El fortalecimiento de los lazos familiares, el inculcar el valor del respeto, la disciplina, el trabajo, la justicia, la verdad, el amor y la reciprocidad son fundamentales en la vida de los futuros ciudadanos y ciudadanas.
Lamentablemente llevamos tanta prisa por vivir, las familias se encuentran en grave crisis. Los buenos padres de familia están desapareciendo, han cedido la ingeniosa labor de educar a una pantalla que proyecta a todas horas violencia, consumismo, desobediencia y desorden. Se intercambiaron las cosas fundamentales por las cosas triviales.
El precio de la idiotez lo estamos pagando muy caro. En verdad deseo que nuestro México deje de ser un país del reino de los idiotas y pase a ser el de los ciudadanos que dirijan la vida pública de su país.
2 comentarios:
Considero que entonces, el 90 % de los políticos en México son y han sido idiotas.
mLos idiotas en todo el MUNDO son los testigos de jehova, nunca se refieren a su patria, nunca votan por un presidente, no hacen honores a los símbolos patrios, no hacen el servicio militar, ellos no tienen un himno nacional ellos no festejan las navidades, cumpleaños ni dias festivos.
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