JAIME CÁRDENAS GRACIALas mayorías, del PAN y del PRI, en el poder legislativo determinaron incrementar los impuestos en contra de los derechos, necesidades e intereses de la población. Aumentaron el IVA del 15% al 16%, el Impuesto Sobre la Renta del 28 al 30%, crearon un impuesto sobre telecomunicaciones del 3% (excepcionaron por presiones sociales el internet), incrementaron los tributos en el alcohol, tabaco, cerveza y, en el próximo año, todos comenzaremos a resentir las alzas en las gasolinas, gas, diesel y, electricidad.
Sin que les importe lo que indican los principios de economía básica, actúan a sabiendas que esas medidas producirán inflación, disminución en el poder adquisitivo de los trabajadores y clases medias, desempleo, baja en la producción y, empobrecimiento generalizado. No les importa, carecen de sensibilidad social, y no advierten que con esas medidas, las posibilidades de ingobernabilidad y estallido social están presentes en el país.
A diferencia del trato fiscal que reciben trabajadores y clases medias, mantienen los privilegios para los más ricos. En México, 422 grandes empresas pagan el 1.7% de sus ingresos, mientras que los trabajadores y profesionistas liberales pagan el 28% sobre sus ingresos. Ese trato fiscal injusto se debe al diseño de la ley, que permite regímenes fiscales de excepción. Si esas empresas pagaran impuestos como los demás, el Estado mexicano podría recaudar más de 300 mil millones de pesos al año y podríamos con esos recursos promover la inversión pública y atender los programas sociales. Sin embargo, las leyes en México se hacen para beneficiar a los poderosos y no son aprobadas para garantizar el interés general.
Los legisladores priístas y panistas decidieron además mantener el secreto fiscal para que el poder legislativo no conozca el detalle de los privilegios fiscales de esas empresas. Igualmente aprobaron, en el descaro de la complicidad con Televisa, prorrogar el pago de tributos por dos años a las empresas que obtendrán las concesiones para explotar el espacio radioeléctrico en donde se transmite el triple play (voz, imágenes y datos). Esa medida junto con otras que favorecen a trasnacionales en la explotación de hidrocarburos en Chicontepec, son el ejemplo patente de que se trata de una clase política corrompida que no gobierna para todos.
Sin que les importe lo que indican los principios de economía básica, actúan a sabiendas que esas medidas producirán inflación, disminución en el poder adquisitivo de los trabajadores y clases medias, desempleo, baja en la producción y, empobrecimiento generalizado. No les importa, carecen de sensibilidad social, y no advierten que con esas medidas, las posibilidades de ingobernabilidad y estallido social están presentes en el país.
A diferencia del trato fiscal que reciben trabajadores y clases medias, mantienen los privilegios para los más ricos. En México, 422 grandes empresas pagan el 1.7% de sus ingresos, mientras que los trabajadores y profesionistas liberales pagan el 28% sobre sus ingresos. Ese trato fiscal injusto se debe al diseño de la ley, que permite regímenes fiscales de excepción. Si esas empresas pagaran impuestos como los demás, el Estado mexicano podría recaudar más de 300 mil millones de pesos al año y podríamos con esos recursos promover la inversión pública y atender los programas sociales. Sin embargo, las leyes en México se hacen para beneficiar a los poderosos y no son aprobadas para garantizar el interés general.
Los legisladores priístas y panistas decidieron además mantener el secreto fiscal para que el poder legislativo no conozca el detalle de los privilegios fiscales de esas empresas. Igualmente aprobaron, en el descaro de la complicidad con Televisa, prorrogar el pago de tributos por dos años a las empresas que obtendrán las concesiones para explotar el espacio radioeléctrico en donde se transmite el triple play (voz, imágenes y datos). Esa medida junto con otras que favorecen a trasnacionales en la explotación de hidrocarburos en Chicontepec, son el ejemplo patente de que se trata de una clase política corrompida que no gobierna para todos.
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